
El departamento de Oruro, creado el 5 de septiembre de 1826 durante el gobierno del Mariscal Antonio José de Sucre, está situado en la región occidental de la República de Bolivia. Limita al norte con el departamento de La Paz, al sur con el departamento de Potosí, al este con los departamentos de Potosí y Cochabamba, y al oeste con la República de Chile.
La historia de Oruro se remonta hasta los Urus, una de las culturas más antiguas del continente. También habitaban en este departamento varias etnias Aymaras como los Carangas, Quillacas y los Soras. La conquista española, al enterarse de su enorme potencial minero lo denominó la "mesa de plata", fundando allí el 1º de noviembre de 1606 la actual ciudad de Oruro con el nombre de Real Villa de San Felipe de Austria, en honor del monarca reinante Felipe III.
Durante la Colonia, la nueva estructura política e institucional que se impuso en base a sus importantes riquezas, le proporcionó progreso y adelanto. Sin embargo, influyó negativamente en el desarrollo de las culturas autóctonas. El paisaje natural, se vio severamente afectado por la gran demanda de madera por parte de la actividad minera, que llegó al agotamiento de la vegetación originaria. Hoy sólo existen pequeños y degradados bosques ubicados en reducidos e inaccesibles lugares. Este fenómeno repercutió en forma directa en la fauna de la región, que al quedar privada de su habitat natural se redujo drásticamente.
Desde la independencia y hasta nues tros días, Oruro no dejó de ser un enclave minero principalmente en base a la explotación del estaño. En el departamento también se encuentra el complejo metalúrgico de Vinto, ubicado a 6 Km de la ciudad de Oruro. El mismo está constituido por tres plantas industriales: la fundición de estaño de media y alta ley, la fundición de antimonio y la fundición de estaño de baja ley.
La actividad predominantemente minera del departamento, con ocupación intensiva de mano de obra y de gran importancia para la economía del país, se ha visto severamente afectada a raíz de la caída de los precios de los minerales en el mercado internacional, y asimismo por el deterioro y falta de modernización de las condiciones tecnológicas y de la modalidad de producción. Consecuentemente, su estructura ocupacional sufrió importantes cambios agudizándose la falta de oportunidades de trabajo. Esta situación derivó en el proceso denominado de "relocalización", que movilizó grandes contingentes de trabajadores hacia otras áreas geográficas del territorio nacional, determinando el estancamiento del crecimiento poblacional puesto en evidencia entre los censos de 1976 y 1992.
La capital del departamento es la ciudad de Oruro, una de las más grandes poblaciones de la zona central del altiplano. Fue trazada con las características propias de las ciudades españolas de Latinoamérica, en manzanas cuadradas y calles trazadas a cordel en torno a la Plaza Mayor.
Se la conoce como la "capital folklórica de Bolivia" por desarrollarse allí la fiesta del carnaval, reconocida como uno de los espectáculos más fastuosos y deslumbrantes de América.
La ciudad de Oruro, si bien ha sufrido el impacto de las circunstancias señaladas en todas sus actividades y en especial en las funciones administrativas del sector minero-metalúrgico, ha continuado creciendo, pese a ello, a un ritmo bastante significativo al tener que absorber una parte importante de los flujos migratorios generados desde el área rural del departamento.
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